En esta etapa, se lleva a cabo un proceso de selección riguroso para identificar a los candidatos más adecuados para ocupar posiciones en la universidad. Esto implica la definición clara de perfiles de trabajo, la publicación de vacantes, la revisión de solicitudes, entrevistas y evaluaciones, y la toma de decisiones basada en criterios específicos.

Después de la selección, los nuevos empleados son vinculados formalmente a la universidad. Este proceso incluye la presentación de la oferta de trabajo, la negociación de condiciones laborales, la firma de contratos y otros documentos pertinentes. También puede incluir la asignación de un mentor o tutor para facilitar la integración del nuevo miembro al equipo.

Este paso implica formalizar la relación laboral, estableciendo las condiciones de trabajo, derechos y responsabilidades tanto del empleado como de la universidad. Se explican los beneficios, se proporciona la información sobre políticas internas y se establecen los términos contractuales.

La inducción es crucial para familiarizar a los nuevos empleados con la cultura, políticas, valores y objetivos de la universidad. Se proporciona información detallada sobre las estructuras organizativas, se realizan presentaciones sobre la historia y la misión de la institución, y se facilita la integración a través de sesiones de orientación.

La universidad promueve el desarrollo continuo de sus empleados mediante programas de formación, capacitación y desarrollo profesional. Se fomenta la participación en conferencias, seminarios y cursos relevantes. También se establecen planes de desarrollo individual para impulsar el crecimiento y la progresión profesional.